Publicado en Graduados, el viernes 11 de septiembre de 2020

 En 2001 terminaron quinto año y desde entonces no habían vuelto a encontrarse. Para algunos, fueron casi 20 años sin tener contacto. Pero el 4 marzo pasado, apenas unos días antes de la cuarentena, alguien armó de pronto el grupo de whatsapp: “Procrastinando since 1997”.
¿El objetivo? Ubicar y reencontrar a los más de 30 ex compañeros de curso. ¿El resultado? un grupo súper activo, donde empezaron a circular fotos en papel del ayer, selfies de hoy, y hasta una red de ayuda para los tiempos de cuarentena.
 
 
“Está buenísimo lo que se armó. Creo que el grupo funciona y persiste porque no se trata solamente de recuerdos. Recordamos cosas del colegio, sí, pero ese no es el espíritu. Al contrario, es muy actual: nos encontramos con que las personas que habían quedado en el camino, hoy nos resultan súper interesantes. Todos cuentan cosas sobre su vida, y hasta nos propusimos hacer un “registro” de cada uno para conocernos mejor y saber en qué trabajamos, si tenemos hijos, mascotas o cuál es nuestra comida favorita”, cuenta Marina Abiuso, periodista y graduada de la promoción 2002.
 
La cuarentena es lo que ayudó a unir el grupo. El encierro les permitió interactuar más y brindarse apoyo en esa situación difícil. Incluso una de las integrantes había quedado varada en un crucero con su familia, y el grupo se movió para ayudarla. Como viven en distintos países, cada uno compartió sus vivencias. Además, el tiempo en casa les permitió rebuscar y encontrar pequeños “tesoros”, como un montón de fotos (de las de rollo, cuando no había celulares con cámara). 
 
 
“Fue muy divertido, porque uno de los chicos tiene un archivo increíble. A cada uno que entraba al grupo lo recibía con una foto vieja. Nosotros cursamos en la época de furor de los mails y los foros, así que teníamos un newsletter, y empezaron a salir cosas de ahí que teníamos totalmente olvidadas”, relata Marina.
Para algunos del grupo, el secundario no fue su época favorita. Sin embargo, este reencuentro virtual cambia el color de las cosas, y hasta les permitió tener un momento “revisionista” sobre algunas cuestiones que habían vivido y que antes habían naturalizado. “Definitivamente hubo un cambio de época, hay cosas que pasaban en el colegio que hoy serían impensadas”, advierten.
 
Por el momento, todavía no es posible un gran reencuentro cara a cara, pero pronto podrían volver a verse, con nuevas historias y una nueva mirada sobre sus compañeros de curso.